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desierto sonoro
- Había pasado el tiempo y las marcas que hacíamos en la pared del pasillo del departamento para llevar registro de la altura de nuestros hijos ya contaban de pronto una historia vertical.
- Nadie ha logrado captar realmente lo que sucede ni por qué. Tal vez es sólo que sentimos la ausencia de futuro, porque el presente se ha vuelto demasiado abrumador y por tanto se nos ha hecho imposible imaginar un futuro. Y sin futuro, el tiempo se percibe nada más como una acumulación. Una acumulación de meses, días, desastres naturales, series de televisión, atentados terroristas, divorcios, migraciones masivas, cumpleaños, fotografías, amaneceres. No hemos entendido la forma exacta en la que ahora se experimenta el tiempo.
- Quizás la frustración del niño al no saber qué fotografiar, o cómo encuadrar y enfocar las cosas que observa desde el coche, sea un signo de cómo nuestras maneras de documentar el mundo resultan insuficientes. Tal vez si encontramos una nueva manera de documentarlo empezaremos a entender esta nueva forma de experimentar el tiempo y el espacio. Las novelas y las películas no logran captarlo del todo; tampoco el periodismo; la fotografía, la danza, la pintura y el teatro no lo captan; la biología molecular y la física cuántica tampoco, desde luego.
- Y, cuando nos olvidábamos del tiempo, el tiempo pasaba mucho más rápido, y además nos sentíamos más felices, aunque esto no se puede explicar.
homo deus
- Established Europe's first economic corporations: monasteries, which introduced advanced agricultural/administrative methods and clocks. Helped found many of Europe's first universities (Bologna, Oxford, Salamanca). (→ tiempo)
laberinto de la soledad
- Se corre el riesgo de no comprender el sentido que tenían esos signos y profecías para los indios si se olvida su concepción cíclica del tiempo. Según ocurre con muchos otros pueblos y civilizaciones, para los aztecas el tiempo no era una medida abstracta y vacía de contenido, sino algo concreto, una fuerza, sustancia o fluido que se gasta y consume. De ahí la necesidad de los ritos y sacrificios destinados a revigorizar el año o el siglo. Pero el tiempo—o más exactamente: los tiempos—además de constituir algo vivo que nace, crece, decae, renace, eran una sucesión que regresa. Un tiempo se acaba; otro vuelve. La llegada de los españoles fue interpretada por Moctezuma—al menos al principio—no tanto como un peligro «exterior» sino como el acabamiento interno de una era cósmica y el principio de otra. Los dioses se van porque su tiempo se ha acabado; pero regresa otro tiempo y con él otros dioses, otra era.
- El hombre, desprendido de esa eternidad en la que todos los tiempos son uno, ha caído en el tiempo cronométrico y se ha convertido en prisionero del reloj, del calendario y de la sucesión. Pues apenas el tiempo se divide en ayer, hoy y mañana, en horas, minutos y segundos, el hombre cesa de ser uno con el tiempo, cesa de coincidir con el fluir de la realidad. Cuando digo «en este instante», ya pasó el instante. La medición espacial del tiempo separa al hombre de la realidad, que es un continuo presente, y hace fantasmas a todas las presencias en que la realidad se manifiesta, como enseña Bergson.
- Sin duda la concepción del tiempo como presente fijo y actualidad pura, es más antigua que la del tiempo cronométrico, que no es una aprehensión inmediata del fluir de la realidad, sino una racionalización del transcurrir.
- Gracias a la participación, ese tiempo mítico, original, padre de todos los tiempos que enmascaran a la realidad, coincide con nuestro tiempo interior, subjetivo. El hombre, prisionero de la sucesión, rompe su invisible cárcel de tiempo y accede al tiempo vivo: la subjetividad se identifica al fin con el tiempo exterior, porque éste ha dejado de ser medición espacial y se ha convertido en manantial, en presente puro, que se recrea sin cesar. Por obra del Mito y de la Fiesta—secular o religiosa—el hombre rompe su soledad y vuelve a ser uno con la creación. Y así, el Mito—disfrazado, oculto, escondido—reaparece en casi todos los actos de nuestra vida e interviene decisivamente en nuestra Historia: nos abre las puertas de la comunión.
el llano en llamas
- En cambio el padre iba para abajo con el paso del tiempo. Y ustedes y yo y todos sabemos que el tiempo es más pesado que la más pesada carga que puede soportar el hombre.
recuerdos del porvenir
- «Algún día recordaremos, recordaremos», se decía con la seguridad de que el origen de la fiesta, como todos los gestos del hombre, existía intacto en el tiempo y que bastaba un esfuerzo, un querer ver, para leer en el tiempo la historia del tiempo.